Inteligencia Financiera: Cómo desarrollar el músculo del dinero

Los seres humanos tenemos cierta aversión al riesgo sobre todo con bienes que nos ha costado mucho conseguir. Es el caso de los ahorros, que por una razón o por otra suponen una especie de colchón en el cual nos gusta descansar frente a escenarios desastrosos que pocas veces acaban ocurriendo.

No obstante, el dinero si no se mueve no genera nada. A largo plazo, la idea de almacenar dinero sin moverlo no es demasiado adecuada. Es normal que queramos tener unos pequeños ahorros pero invertir con inteligencia financiera es justo lo que necesitamos para que nuestro dinero sirva para algo y darle un papel activo a esos ahorros que ahora son simplemente un sustento.

La inteligencia financiera es un concepto poco conocido en la sociedad y se refiere a nuestra manera de manejar el dinero, la destreza con la que lo movemos para generar más beneficios según las oportunidades que nos presenta el mercado. Agustín Grau, experto en generar ingresos pasivos, nos habla de la inteligencia financiera como un término trascendente para cualquier persona que maneje dinero, es decir, para todas las personas.

Saber cómo debemos mover el dinero y analizar los ingresos, gastos y beneficios es clave para poder alcanzar una estabilidad económica, por lo que el desarrollo de esta capacidad nos reportará beneficios a corto y a largo plazo.

Pero, ¿cómo podemos potenciar esta capacidad? ¿Qué debemos hacer para desarrollar la inteligencia financiera?

Aquí van tres tips para mejorar esta capacidad tan significatica y relevante en la sociedad moderna.

Valora tu tiempo

La inteligencia financiera no es únicamente analizar que negocio puede ir mejor o peor si no también valorar que cosas nos ayudan o empeoran nuestra libertad para trabajar generando dinero.

El tiempo es quizá la capacidad menos valorada para el trabajo, a pesar de ser el activo más importante. Sin tiempo no hay tareas, ni dinero, ni clientes. Valora tu tiempo e invierte en tener más tiempo libre para escalar tu negocio. Con tiempo tendrás más oportunidades de aprender o de optimizar recursos, así que una buena idea es delegar tareas conforme tu negocio vaya aumentando.

Se realista

Ser realista con lo que tienes te hará conocer más en profundidad el concepto de inteligencia financiera. No hagas planes a largo plazo con el dinero ni pienses en cosas que no tienes ahora mismo. Valora lo que tienes y no cuentes con activos que ahora mismo no están a tu alcance aunque pienses que los tendrás. El futuro es imprevisible así que se realista.

Cuidado con las emociones

El ser humano es un ser pasional y, en ciertas circunstancias, está muy serlo. No obstante, la inteligencia financiera choca muchas veces con ese carácter emocional del ser humano porque suele ser contraproducente.

La situación emocional puede causar inversiones nefastas así que aprende a controlar tus sentimientos y mantén la cabeza fría tanto cuando ganas como cuando pierdes dinero. A largo plazo lo agradecerás.

Recuerda que la inteligencia financiera se puede ejercitar y aprender a cualquier edad, solo hay que informarse adecuadamente.